En este momento estás viendo El despertar amoroso en una nueva novela mexicana: ‘Noria’, de J. A. Santoyo

El despertar amoroso en una nueva novela mexicana: ‘Noria’, de J. A. Santoyo

  • Categoría de la entrada:libros
  • Tiempo de lectura:4 minutos de lectura

Una novela de iniciación amorosa e intelectual, una novela necesaria, que refresca el panorama de la narrativa literaria en México, marca el debut literario de un artista ya consumado.

R. de la Lanza

A fines de 2020, a mitad del confinamiento por la pandemia de coronavirus, el sello independiente Ulterior Editorial lanzó Noria, la primera novela de Juan Antonio Santoyo, pianista concertista y director artístico capitalino, radicado en Morelia, donde funge como académico del Conservatorio de las Rosas.

Se trata de una Bildungsroman, o novela iniciática que refresca la conversación sobre el paso de la niñez a la juventud, que ha tenido tan espléndido tratamiento en las manos de gigantes como José Emilio Pacheco (El principio del placer, Las batallas en el desierto) y Ricardo Garibay (Fiera infancia y otros años). Santoyo asume el desafío de poner su aporte, y no solo sale bien librado, sino que pisa fuerte y hace escuchar su voz literaria, nítida e introspectiva.

La trama es sencilla. El jovencito, cuyo nombre se pierde en el relato, nos narra cómo las vacaciones que él pasa con su familia en una casa de parientes en Acapulco —la “casa de Noria”—, le dan el escenario propicio para atravesar el umbral que lo hará dejar de ser niño.

El muchacho descubre que puede sentir un intenso amor idealizado por una chiquilla de su edad, que le despierta los sueños más sublimes, y al mismo tiempo quedar prendado de la sensualidad de una mujer adulta, amiga de su padre, con el que coquetea en el más incitante descaro.

Pero además, al mismo tiempo, nuestro protagonista debe atender sus otras necesidades: las intelectuales, las musicales —el niño es un modesto prodigio del piano—, las históricas, las artísticas y las espirituales, inventando juegos, escribiendo piezas de teatro, leyendo libros sobre la Segunda Guerra Mundial y educación sexual…

Ya hemos dicho que es una novela de formación y de despertar, pero tiene ese elemento que la hace peculiar: el jovencito que la protagoniza padece la maldición que pesa sobre las mentes brillantes, despiertas y hambrientas. Él no sabe que en su interior se está gestando un erudito cuya prosapia no le reportará las satisfacciones que le demandará a la vida, aunque apenas es un mozalbete que abre sus ojos a un océano de nuevas emociones, sensaciones e impulsos: los propios de la pubertad, que lo colman de un talante decididamente romántico y melancólico ¡a esa tan temprana edad!

Y así, el infortunio de ser muy inteligente y, por lo tanto, de racionalizarlo todo y pasarlo por el tamiz de la suspicacia, hacen que su primer amor carezca de la ingenuidad en la que el primer amor nos asaltó a la mayoría de los mortales. Y quizás por eso el tono nos hace pensar en una herida que sigue sangrando.

Una parte central de la novela es la música, y aquí el propio Santoyo habla de una de las piezas clásicas más presentes en Noria.

Suscríbete y recibe nuestros artículos antes que nadie.

Deja una respuesta