A sus 84 años, con envidiable salud y energía, Ringo Starr, el narigón baterista de la más adorada banda de rock en la historia, The Beatles, puede hacer lo que le venga en gana. Podría dejar de girar y sacar discos y el mundo continuaría su curso sin reparar en ello. Su nuevo álbum, Look Up —once canciones en compactos 36 minutos— no puede ser, pues, más que una obra de gusto personal y pura pasión. Nada tiene que perder.
A todos aquellos que no les interese salirse de sus zonas de confort (es decir, de escuchar día tras día sonidos familiares), sáquenle la vuelta, pasen de largo. Los que gusten de ir a las raíces, descubrir buena música sin complicaciones y, en este caso, conocer a fondo lo que habita en el corazoncito de sir Richard Starkey, ésta es una grabación imprescindible.
Se trata de una placa en la que el compositor de “Don’t pass me by” y “Octopus’s Garden” (analicen bien el ritmo y género de ambas) le da rienda suelta —una vez más, porque ya lo había hecho hace 54 años en Beaucoups of Blues, su segundo álbum como solista— a su gusto y pasión por el bluegrass, el country, el blues y el country rock.
Con una pequeña ayuda de sus amigos, Ringo manifiesta con dignidad su derecho a ser un Beatle de la tercera edad y en activo.
Con canciones del respetado músico y productor T Bone Burnett y participaciones de algunos de los mejores exponentes actuales de estos géneros —desde la consagrada Alison Krauss hasta Billy Strings, Molly Tuttle y las hermanas Rebecca y Megan Lovell, que forman el potente grupo Larkin Poe, artistas, todos ellos, que en un mundo de parcelas musicales menos rígidas y delimitadas serían más reconocidos—, la nueva entrega de Starr es una suerte de homenaje a eso que los anglosajones llaman roots music.
El álbum abre con dos piezas (“Breathless” y “Look Up”) que llevan un beat que no desentonaría en ningún disco del Cuarteto de Liverpool. Me atrevo a decir que si este conjunto de canciones recibe la atención que merece puede sumarse con dignidad a grabaciones como el notable soundtrack para la película O Brother, Where Art Tou?, de los hermanos Coen, armado justamente por Burnett. O a los dos álbumes atmosféricos e hipnóticos que el maduro Robert Plant, el de la voz más grave, lanzó con Alison Krauss (estrella que también se luce en aquella banda sonora) y que, asimismo, están producidos por Burnett, importante impulsor del folk y el country en la industria discográfica estadounidense.
Hay que anotar que al country y estilos de cercano parentesco muchos roqueros altivos suelen hacerles el feo, como si fuera “música agropecuaria gringa”, si me dejan decirlo con esos términos coloquiales y peyorativos, que nada tuviera que ver con el rock o, para el caso, tampoco con mucho de lo que hoy día se escucha alrededor del globo, aunque esté cantado en español.
Bajo la batuta de Burnett, Ringo Starr y músicos que lo acompañan hacen lo que se les da la gana —que en este caso es tocar canciones sencillas, elementales, directas y hasta candorosas—, y realizarlo no solo con profesionalismo, también con experiencia y sentimiento. Admirador de las mitologías del Viejo Oeste de Gene Autry, el eficaz, económico y preciso baterista al que yo siempre aplaudiré por su jubiloso y energético palpitar en “The End” de Abbey Road, quizá mi álbum de rock más entrañable de todos los tiempos, comparte con el gran público sus hallazgos de una serie de corrientes con músicos dedicados y capaces. Sí, con una pequeña ayuda de sus amigos del mundo del country manifiesta con dignidad su derecho a ser un beatle de la tercera edad y en activo.
El álbum cierra con “Thankful”, el único corte de Look Up co-escrito por Starr y que se antoja escuchar con el contexto histórico de las dos décadas que el baterista vivió con abuso de sustancias, sobre todo alcohol, tras la separación de su célebre grupo:
Agradecido por las estrellas de arriba
Esperando más paz y amor
Agradecido cuando el sol brilla
Día a día, realmente lo estoy intentando
Agradecido por este momento aquí.
Nos quedan dos Beatles, Paul y Ringo, octogenarios, y siguen haciendo lo que les viene en gana. Let them be.
Ernesto Flores Vega (Huichapan, Hgo., 1964) es un melómano ecléctico. Ha ejercido el periodismo y la comunicación corporativa.
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