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Tengo 14 y así viví el concierto de Noel Gallagher en el Corona Capital

  • Categoría de la entrada:música
  • Tiempo de lectura:10 minutos de lectura

Soy una chica de 14 años y el domingo pasado fui a mi primer gran concierto.

Fan de Oasis sin poder evitarlo

Hace unos años mis hermanos y yo encontramos un video en el que traducían canciones famosas en inglés al español, yo conocía algunas como “Bohemian Rhapsody” o “Africa”, pero la intensidad con la que me captó “Wonderwall” fue increíble.

Siempre me intrigó de quién era o por qué me llamaba tanto y hace apenas unos meses, mientras mi papá investigaba nuevas canciones para su banda de covers, propuso “Wonderwall” y “Don’t Look Back In Anger”. No saben la tranquilidad, felicidad y emoción de por fin saber el nombre de aquella canción y de esa banda.

Listísima para el show. Ese no es estampado, sino pintura textil que apliqué a mano.

Investigué, leí, escuché música, y vi videos de y sobre Oasis, Liam y Noel, y de pronto me di cuenta de que mi obsesión crecía y mi cariño por ellos también.

«Wonderwall»

Me atrapó. Seguí buscando canciones de Oasis porque, además, “Don’t Look Back In Anger” me sonaba familiar. Entonces encontré “Whatever” y fue un golpazo; esas canciones que amas aun sin conocerlas bien solo porque tu papá las pone en el carro, bueno, ésa era una.

Seguí escuchando y me intrigó su historia: dos hermanos que conquistaron el mundo con su banda y luego estaban tan separados. ¿Por qué? ¿Y por qué la gente no los reconoce tanto?

Investigué, leí, escuché, y vi contenido de ellos, y de pronto me di cuenta de que mi obsesión crecía y mi cariño por ellos también.

El concierto: demasiada emoción

Ayer, en el Corona Capital 2023, al fin vi a uno de mis dos mayores ídolos: Noel Gallagher.

Y a pesar de que no estuve tan cerca de él como esperaba, sí fue lo bastante para sentir que si yo me decidía a acercarme un poco más, hasta podría haber subido a abrazarlo.

Las canciones de los High Flying Birds son, como dice mi papá, épicas. Tienen magia. Te llegan y las sientes sin siquiera saber lo que su letra dice o saber quiénes son.

El show empezó con “Pretty Boy” como de costumbre, siguieron con “Council Skies” y así, canciones tranquilas pero que te llagan a lo más profundo del alma: “Open The Door, See What You Find”, “Were Gonna Get There In The End”, “You Know We Can’t Go Back” y “In The Heart Of The Moment”.

Luego bajaron la intensidad con “If I Had A Gun” (si no habías llorado, con esa sería tu primera llorada de la noche). volvieron a lo intenso con “What A Life!”.

Entonces Noel preguntó si recordábamos una canción de los 90 titulada “Stand By Me”, pero luego de que nos volvimos locos, aclaró que no iba a tocar esa, sino su lado B: “Going Nowhere”.

No me importó llorar de emoción —aunque la chica a mi lado ponía caras de “¿qué le pasa a ésta?”—, ni el dolor de los pies por estar de puntitas; la sensación de que se me iba a salir el corazón por la boca, su presencia… todo fue perfecto.

Esa nostalgia que se siente de una época en la que no viviste, los gritos y los llantos, ellos dándolo t o d o, fue hermoso. “The Importance Of Being Idle” alivió un poco el dolor de esa melancolía.

Te hace llorar la nostalgia de una época en la que no viviste.

Pero entonces sonó “The Masterplan”. Yo no podía con la emoción, ya no aguanté las lagrimas, que ya no pararon porque con “Half The World Away” toda la multitud se puso a cantar.

Ahí fue cuando vi la discreta pero sincera sonrisa de Noel. Yo era la más feliz por saberme las letra de todas las canciones y cantarlas a todo pulmón, aun sabiendo que sentía que se me iba a salir el corazón por la boca.

Después de “Little By Little”, Noel nos derritió con una versión acústica de “Live Forever”, una canción igual de personal y significativa tanto para los fans como para todos los ex miembros de Oasis.

Yo no quería que la tocara “Don’t Look Back In Anger” porque sabía que esa sería la última canción de la noche, pero comenzó a sonar.

Nunca olvidaré lo que sentí cuando la multitud cantó a gritos: “So Sally can wait, she knows it’s too late and she’s walking on by, my soul slides away, but don’t look back in anger, I heard you say”.

Una de las cosas que más esperaba era ser parte de la gente que cantaba el coro mientras Noel guardaba silencio, y ¡lo fui!

Cuando acabó, tomó unos segundos para despedirse y yo amé eso porque casi siempre al acabar sus presentaciones se sale y ya. Que se haya despedido fue un gesto más que hermoso.

No podía creer que acababa de verlo. Sentía que era un sueño y lo único que quería ahora era abrazarlo y decirle lo grandioso que es, lo mucho que lo admiro. Siento como una bola inmensa en mi pecho, tristeza porque se acabó, añorana por Liam, terror de no poderlos conocer, frustración porque solo le dieron una hora.

Pero también muchas buenas: alegría por verlo; satisfacción porque lo dio todo; esperanza por Oasis; seguridad, porque afirmé que eso es a lo que me quiero dedicar; admiración por él como persona, porque a veces sus ojos llorosos y sus sonrisas momentáneas me llenaban por completo. y agradecimiento, primero a mi papá por mostrarme a Oasis, por escuchar todas las cosas que quiero contarle de ellos y por hacer todo lo posible para que yo fuera a verlo para que fuera feliz y; obviamente a Noel por no dejar de hacer lo que ama y no olvidarse de las maravillosas personas que lo amamos aquí en México.

Estoy muy agradecida por la oportunidad de ir. Y gracias por leerme, espero volver a escribirles aquí el próximo año con la Definitely Maybe Tour de Liam, en el que ojalá Noel acepte participar.

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