Any Riwer es una de las guitarristas más icónicas de la escena actual. Con un sonido que trasciende los géneros del Pop, el Rock, R&B, y el Funk, que es su sello personal, a lo largo de los años esta talentosa artista ha trabajado con grandes nombres del medio, como Beto Cuevas, Cristian Castro, Ha*Ash, 2000 Pop Tour y Timbiriche.
Originaria de Córdoba, Argentina, Any Riwer ha lanzado desde agosto del año pasado varios sencillos originales. En ocasión del primero de ellos, titulado CDMX Groove (video ⬇️) tuve la oportunidad de una plática llena de música, experiencias y reflexiones, que hoy, sale a luz para hacer justicia a esta estrella que brilla con luz propia.
Any, ¿en qué momento apostaste todo a la música?
Yo creo que la decisión fue tomada cuando yo estaba en la prepa. Veía a mis compañeros tocar la guitarra y me encantaba. Crecí con buena música por parte de mi papá, me ponía Queen, Pink Floyd, Bryan Adams. Como que siempre tuve la idea de qué cool se ve tocar la guitarra, sobretodo la eléctrica, porque de chica me habían regalado una guitarra española, pero no me gustó mucho, y bueno, empecé terminando la prepa.
¿En qué te inspiras y cómo es tu proceso creativo?
Últimamente estoy muy inspirada y motivada por varios músicos; mi mayor inspiración en este momento es Cory Wong, un guitarrista que admiro muchísimo, y veo todo lo que está grabando y sus pasos agigantados tocando en festivales, y yo digo: vamos por eso. Hacer música original es un gran reto, yo siempre he estado trabajando con artistas de aquí de México y también algunos de afuera, pero ahora como que me lancé a lo desconocido dije: vamos a ver si funciona.
En este tiempo has trabajado con artistas muy reconocidos como Beto Cuevas, Timbiriche, Ha*Ash, entre otros, ¿Qué cambios notaste en ti como artista?
Me acuerdo cuando recién llegué a México, tenía veinticuatro años, me trajo una productora muy reconocida que hace el Knotfest, y pasó todo muy rápido. Yo ahora miro hacia atrás y no puedo creer que hayan pasado ya diez años desde que llegué al país y que todo haya sido tan perfecto. Mi primer show fue en el Auditorio Nacional con Cristian Castro, nunca en la vida hubiera imaginado semejante escenario, semejante suerte en todo.
Me siento más madura en este momento, por eso lanzo esto ahora, tuvieron que pasar muchas cosas para que yo pueda plasmar todo lo que van a escuchar a partir del 11 de agosto. Desde conocer la gente indicada que me entienda, los productores que entendieran lo que yo quería hacer, estoy muy influenciada por el funk, el groove, guitarras rítmicas que es lo que más me gusta, creo que en este momento sí me siento más madura para hacer esto, y todo lo que me han brindado los artistas con los que he trabajado les agradezco profundamente.
¿Qué opinas de la música actual, donde se mezclan tantos géneros musicales, y cómo lograste tu propio estilo?
La verdad es que a mí me encanta toda la música, absolutamente todo. No sé como explicarlo, pero respeto todos los estilos y escucho de todo, a cada cosa le encuentro algo brillante, y mi estilo particularmente es lo que me sale tocar, no es como que lo haya pensado. El otro día me reía porque tengo en mi casa un iPod, el primero que salió, y tengo ahí los mismos discos de hace veinte años y los sigo escuchando, es como que no me canso, puedo escuchar cinco años los mismos discos, Cerati que es mi influencia mayor, también Cory Wong que últimamente lo estoy escuchando mucho, Prince también, me estoy metiendo mucho a los inicios y me encanta.
¿Nos puedes platicar de tu nuevo material?
Cuando uno tiene en la cabeza algo, es difícil explicarlo a veces. Yo había hecho las maquetas de mis canciones, las mandé muchas veces a productores durante la pandemia, pero no me convencían, hasta que entré al Cirque du Soleil, estuve un año ahí y tuve la oportunidad de conocer a los compositores del circo, Bob & Bill, ellos son los productores de mi disco en este momento, y ellos supieron entenderme. Trabajamos con un feedback muy lindo y así se armó, muy mágico todo ese proceso con ellos; trabajamos en Montreal, que lo haya mezclado y masterizado Gustavo Borner que es una eminencia mundial, a mi parecer es el mejor, y trabajar con gente tan talentosa ahora no me lo puedo creer, músicos que grabaron también increíbles. El proceso fue un poco largo, y no es fácil grabar un disco, siempre hay cosas que cambiar, nunca vas a estar conforme con nada, hasta que llega un día y dices ya está, porque no puedes seguir cambiando y cambiando, como dice Borges, “yo nunca estuve conforme con lo que saqué”.
¿En qué momento crees que tu obra ya está terminada?
Creo que una obra nunca está terminada. Siempre van a tener cosas y matices nuevos. Pero en este caso lo dejé fluir y dije ya está, porque es algo que está reflejando mi vida en este momento. He hablado con muchos músicos, y es muy íntimo entregar algo que sale de ti, es como que está naciendo un hijo, lo vibro de esa forma, es como que está llegando al mundo algo que estaba dentro de ti y para mí tiene mucho significado eso.
¿Qué se necesita para ser músico en México?
En mi caso, fue lanzarse a lo desconocido y confiar en la intuición, porque yo estudié otra cosa, pero la música siempre vino a mí. Entonces, creo que es confiar y trabajar duro para eso, estar atento a las cosas nuevas que están saliendo. Y tampoco es solamente tocar, también se tiene que ser responsable, para tocar con artistas consagrados tienes que cumplir con varios requisitos que yo los he ido aprendiendo a la medida que he estado trabajando.
¿Qué sensaciones hay al tocar frente a una audiencia?
Va a sonar medio raro, pero me conecto tanto con la música, el artista y los músicos con los que estoy tocando, que a veces para mí puede ser lo mismo estar enfrente de veinte personas que frente a doscientas mil, por supuesto que la energía que se maneja es diferente entre unas y otras, pero en realidad la música es algo químico, me la paso perfecto y hermoso en las dos situaciones.
Disfruto muchísimo estar tocando. Por ejemplo, ahora con Vaselina en el foso, estamos abajo del escenario y me la paso increíble, en el segundo acto subimos un par de canciones, pero digo que me la paso muy bien y me conecto con la música al igual que estar en un Auditorio o una Arena Ciudad de México.
Una amiga me decía que si me daba cuenta que cada vez que toco, la persona que está viendo, capaz que es la única vez en su vida que te va a ver, hablando del artista, de la banda, de todo, no hablando de mí particularmente, así que tienes que entregar más del cien por ciento, más de lo que tengas, porque puede ser el único concierto al que vaya esa persona y el esfuerzo que esa persona tuvo que hacer para conseguir su boleto, entonces te cambia la métrica. Y siempre ha sido así, siempre he dado lo mejor en cada concierto que he dado.
Suscríbete y recibe nuestros artículos antes que nadie.