Ringo Starr y su All-Starr Band: Magia y nostalgia en el Auditorio Nacional

El Auditorio Nacional de la Ciudad de México se convirtió en el epicentro de una celebración musical que desafió el paso del tiempo. La llegada de Ringo Starr & His All-Starr Band para sus dos únicas fechas en la ciudad prometía una experiencia inolvidable, y vaya que cumplieron y saldaron su deuda, ya que en 2020 tuvieron que cancelar sus conciertos en México debido a la pandemia y también en 2022 tras haberse contagiado de COVID.

Gerardo Chanona*

Las puertas del auditorio abrieron a las 8:00 PM a una multitud que mostraba su Beatlemanía con trajes coloridos y referencias a la icónica era del Sgt. Pepper’s…

Acompañado por su All- Starr Band —Warren Ham, Steve Lukather, Hamish Stuart, Colin Hay, Gregg Bissonette y Buck Johnson—, Ringo Starr tomó el escenario con una energía contagiosa. La ausencia de Edgar Winter, aunque notable, no opacó el brillo del conjunto, quien fue sustituido por Buck, pianista de Aerosmith.

All Starrs

A las 9:07 PM, los primeros acordes de «Matchbox» rompieron el silencio, transportándonos instantáneamente a 1964 y marcando el inicio de una noche inolvidable.

La energía de Ringo y su banda pronto superó la breve dificultad con la ecualización del sonido, que mejoró notablemente en las siguientes canciones. «It Don’t Come Easy» fue la siguiente, con Ringo dirigiéndose al público y garantizando que todos reconoceríamos al menos una canción durante la noche.

Luego, presentó a Steve Lukather, quien nos deleitó con una versión impecable de «Rosanna«. Con su actuación y maestría, Lukather me confirmó que es el mejor guitarrista vivo.

Hamish Stuart, con su estilo relajado y una guayabera muy a la mexicana, nos transportó al funk setentero con «Pick Up the Pieces«.

Cada músico presentó a su sucesor, lo que le confirió al concierto una dinámica fluida y emocionante.

Uno de los momentos más esperados de la noche llegó cuando Steve Lukather presentó a Colin Hay, fundador y vocalista de Men At Work, que por cierto, no visitaba México desde el 2005, en una serie de presentaciones que realizó en el extinto Hard Rock Café.

Antes de interpretar «Down Under» compartió su alegría de estar en «la mejor ciudad del mundo» en un español sorprendentemente fluido, cortesía de su esposa peruana, Cecilia Noel.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue «Yellow Submarine«. La vista del auditorio iluminado por globos amarillos moviéndose al ritmo de la música fue un espectáculo en sí mismo.

La noche continuó con clásicos como «Octopus’s Garden«, «Back Off Boogaloo«, y «Photograph«, así como éxitos de las bandas de los otros miembros como «Overkill» de Men at Work y «Africa» de Toto.

El concierto culminó con «With a Little Help from My Friends«, una elección perfecta que encapsuló el espíritu colaborativo y amistoso del concierto.

El show es la música

El escenario, minimalista pero efectivo, presentaba una tarima central para las baterías de Ringo y Gregg, complementado por Warren y su arsenal de instrumentos, con una manta de imágenes psicodélicas al fondo, era un recordatorio de que no se necesitaba más cuando se tiene tanto talento en un solo lugar.

Puedo afirmar que la simplicidad del escenario fue una elección acertada, porque con una superbanda como la de Ringo, el talento y la energía de los músicos son los protagonistas absolutos.

Anoche, Ringo Starr y su All-Starr Band no solo nos ofrecieron un concierto, sino una celebración de la música que trasciende generaciones. Fue una noche en la que cada nota, cada acorde, resonó con la historia y la pasión de los artistas, dejando una huella imborrable en todos los presentes. Nos recordaron por qué la música tiene el poder de unirnos, de hacernos sentir vivos y de llevarnos a través del tiempo. Fue, sin duda, una noche para recordar.

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