Hype. La cultura global opera bajo su ley. La mayor parte del tiempo lo entendemos, nos subimos al tren. Al trend. Si una figura central de la cultura pop mueve una mano, la respuesta en redes sociales ha de ser sísmica. Lo hemos visto: Taylor Swift convierte cada [auto]referencia y regrabación de su material en un evento de culto global y una cobertura aplastante. Hay que ver el fenómeno de las swifties y las pulseras de amistad que desencadenó su gira. Sabrina Carpenter satura el escenario físico y virtual con shows temerariamente hipersexualizados, y la crítica la convalida como un ejercicio de empoderamiento artístico-feminista, y ambas tienen una pléyade de emuladoras con éxitos análogos en cuanto a ventas y visualizaciones, o sea, la fama.
Cualquiera diría que si una de esas superestrellas pop tuviera un pódcast, éste explotaría en reproducciones e interacciones. Y en una época en que las redes sociales han servido para promover la lectura como nunca se había visto (Booktok), sería congruente pensar que si esa estrella de pop lanzara un club de lectura, éste sería el gran fenómeno cultural, el hype sería un tsunami.
Desde febrero de 2022, con el lanzamiento de su pódcast Dua Lipa: At Your Service, y la formalización de su club de lectura en junio del mismo año, la artista kosovar-británica ha demostrado una curiosidad intelectual que despedaza la más leve sospecha de frivolidad vacía.
Cada mes, ella elige, entre los libros que lee, una obra —a menudo compleja, aunque no sea un bestseller genérico— y la discute con su autor en una entrevista a fondo. Y el hype no aparece. O sí aparece pero en forma muy modesta. Por supuesto, la mayor respuesta viene del mundo anglosajón, pero el podcast de Dua Lipa tuvo desde su lanzamiento la versión audible en muchos otros idiomas, incluido el español.
Muchos medios cubren algunas entrevistas, más por intentar generar ellos mismos el hype (o hallar lo que los periodistas llaman “coyuntura”) que por el verdadero compromiso intelectual que implica este producto cultural que trasciende muchos límites y que permanece infravalorado.
La paradoja es evidente: ¿Por qué esta reina del pop, con su capacidad de generar tendencia con su gira mundial y cuyo Tiny Desk Concert es el que ha reportado más tráfico, no logra movilizar masas en torno a un proyecto que es, objetivamente, valioso y de buen gusto?
La lista de lecturas: una curaduría exigente
La seriedad del proyecto de Dua Lipa se sostiene en dos pilares: la curaduría de sus lecturas y las pláticas que sostiene con sus autores, conversaciones que por lo general trascienden el ámbito literario.
Es verdad que Service95 Book Club no está diseñado para el consumo rápido. No son libros ligeros ni fáciles o en el romance viral de BookTok, un fenómeno ultra comercial, saturado de eruditos pretenciosos, por un lado, y creadores-consumidores de fanfiction salidos de las dinámicas sociodigitales de Wattpad y otros foros-catadores de talento. El club de lectura de Dua Lipa enlista obras que exigen compromiso intelectual y un conocimiento del contexto. En esa lista están autores como George Saunders (Lincoln en el Bardo) o la cantante Michelle Zauner (autora del libro Lágrimas en H Mart), son una declaración de principios: la literatura debe ser profunda y global.
En la lista de lectura del pódcast podemos hallar, entre otras, estas obras:
Fortuna y A lo lejos, de Hernán Díaz.
No es un río, de Selva Almada.
Chilco de Paula Romero, la primera novela de una autora indígena mapuche publicada en inglés.
“Me fascinaron los elementos fantásticos que conviven con la realidad y me encantó cómo el tiempo se repite y oscila en la ciudad ficticia de Macondo”.
El alto valor del pódcast de lectura de Dua Lipa se puede percibir en tres cualidades sobresalientes de su contenido:
Conversaciones significativas y que conectan con el público. Por ejemplo, la plática con Margaret Atwood sobre El cuento de la criada resultó en una clase magistral sobre distopía, feminismo y el rol de la mujer en la literatura y en la vida pública. Ambas mujeres intercambiaron experiencias personales muy profundas y datos históricos espeluznantes sobre la injusticia sistemática por la que las mujeres han tenido que pasar.
Difusión global de las letras latinoamericanas. El haber dado una plataforma de millones de oyentes a la mexicana Guadalupe Nettel para discutir su novela La hija única es un acto de mecenazgo: un puente directo entre la escena literaria latinoamericana y la audiencia global que consume el pop. Un efecto semejante ocurrió con las novelas del escritor argentino Hernán Díaz.
Homologación de escritores con otras personas de alto perfil. En su podcast At Your Service, fuera del club de lectura, Dua Lipa ha entrevistado a figuras como el CEO de Apple, Tim Cook; la abogada de derechos humanos, Amal Clooney, y el periodista Dean Baquet.
Esto habla de las ambiciones intelectuales de la cantante, que así analiza y comprende las estructuras sociales y las dinámicas de poder; pero también demuestra que ella está determinada a brindar una proyección análoga a los creadores de obras literarias, no sólo en beneficio de ellos como escritores, sino del público lector. Su historia personal en Kosovo y su visión como inmigrante le otorgan una lente única para apreciar narrativas complejas.
Pero esa misma complejidad y riqueza parece ser el obstáculo para la viralidad del Club de Lectura Service95 de Dua Lipa.
Hipótesis del bajo impacto mediático: tres fricciones culturales
Como ocurre con todo en el mundo digital y en especial, en todo lo que se mide, el bajo hype no es un accidente, sino el resultado de varias fricciones entre la naturaleza del proyecto y la forma en que consumimos la cultura en 2025.
1. La barrera del consumo y la disparidad geolingüística
El club de lectura de Dua Lipa existe en una burbuja de contenido que exige tiempo. Pide al oyente que se comprometa a:
Leer una novela
Escuchar o ver un pódcast de larga duración
Sostener una conversación sobre temas serios mediante las interacciones y los comentarios
Mexicanos cuarentones
Esto contrasta con la “cultura del clip” que domina plataformas como TikTok.
A esto se suma la disparidad de consumo. Aunque el podcast Dua Lipa: At Your Service está íntegramente doblado al español, la conversación en las redes sociales y el mainstream latinoamericano es de tibia a fría.
Por eso no deja de ser notorio el comentario que hizo un usuario en Apple Podcasts en 2022, en una de las primeras entrevistas de este club de lectura:
“No estoy seguro de si los hombres mexicanos de 40 años somos el público objetivo, ¡pero definitivamente ya me tiene a mí!”
Y habría que preguntarle a ese mismo usuario si es fan de Dua Lipa como cantante, quizás echando un vistazo a la cantidad de reproducciones de su música.
¿Será este usuario una total anomalía visible o se trata de un fenómeno amplio, pero silencioso? ¿Cuántos hombres mexicanos o hispanoamericanos más son seguidores asiduos de este pódcast. Además de aquel usuario debo contarme a mí mismo, así que ya somos dos.
La sospecha malinchista
Ahora bien, sobre cómo es percibido el producto, también podríamos preguntarnos cómo se siente el público hispano respecto a Service95. ¿Se lo ve como un producto cultural diseñado para la esfera anglosajona? ¿Esa percepción es tal que genera una barrera inconsciente? Resulta curioso cómo, a pesar de que la celebridad global de una reina del pop como Dua Lipa (y Madonna y Britney y toda la pléyade) se construye sin casi tropezar con la barrera cultural del idioma, esa penetración exitosa no se traduce automáticamente en la conexión íntima de un club de lectura como el de Dua Lipa, si el producto no se siente propio.
2. ¿Cómo es que lees si eres estrella pop?
No lo ignoremos: el público, especialmente el más joven (sí, incluyendo ese al que a veces llaman Generación Z), ha desarrollado un cinismo ante los proyectos intelectuales de las celebridades. Existe una desconfianza subyacente: ¿Es un genuino amor por la literatura o un ejercicio de branding para añadir “profundidad” a una figura del pop?
Y no estamos hablando de Marilyn Monroe y sus fotografías en las que aparece leyendo el Ulises de Jame Joyce, porque a pesar de las críticas y las acusaciones de “pose”, ella no organizó un club de lectura pero sí era conocida también por su inquietud intelectual, que la llevó, por ejemplo, a estar casada con el dramaturgo Arthur Miller, y que —dicen las malas lenguas y las teorías de conspiración— le acarreó su final fatídico.
Pero es que el público es así: pareciera que no le permite a sus estrellas pop tener más que cierta dosis de ambición intelectual. Mientras que a Taylor Swift se le permite mostrar su intelecto a través de sus letras y porque ha tenido que enfrentar adversarios legales acerca de su música, lo que genera cierta solidaridad irreflexiva. Algo parecido pasó con Free Britney y con la actitud insumisa de Madonna.
Pero el club de Dua Lipa (un proyecto curatorial y periodístico) se enfrenta a la sospecha de ser demasiado profesional o marketineado. Es decir: “está bien si quieres ser una ñoña lectora, estás en tu derecho, pero eso no te autoriza a que lo estés compartiendo con todos”. La viralidad adora la espontaneidad; la curaduría rigurosa, en cambio, se percibe como fría y calculada.
3. La falta de histeria de Booktok
Si bien es cierto que toda compra es emocional y nada racional, hoy en día ya no hay ninguna simulación: el motor de las ventas literarias es el caos emocional y la promoción hiper-segmentada de TikTok. Los libros que explotan allí lo hacen porque tocan una fibra emocional inmediata, que resuena en amplios grupos generacionales y de intereses genéricos.
Al basar sus selecciones en la calidad literaria y la relevancia político-social (y no en la tendencia emocional o el trope romántico), Dua Lipa hace un statement —valiente, como todo lo que hace—. Opta así por un camino que es anti-viral. Su club no está diseñado para el hype de ventas rápidas, sino para la conversación que dura. Apuesta al legado y en ese sentido, pone al descubierto una acutísimo sentido de lo literario.
El silencio altisonante: para todos, pero no cualquiera
El misterio de por qué nadie se emociona con el club de lectura de Dua Lipa se resuelve al entender su verdadera función: no es un ejercicio de viralidad, sino un acto de mecenazgo cultural con propósito.
Dua Lipa, la persona, cantante, empresaria y activista, no necesita que su club sea un fenómeno masivo para validarse. Ha tenido muchas luchas en su vida y se ha ceñido muchas coronas de laurel. En cambio, utiliza su inmensa plataforma para dar una visibilidad impagable a autores esenciales de la literatura contemporánea —como Guadalupe Nettel o los autores que han visto dispararse sus ventas tras sus entrevistas—, cumpliendo una función mucho más crítica y duradera que la simple celebración de un trending topic.
El Service95 Book Club es un recordatorio imponente de que no todo lo valioso necesita ser ruidoso. La altisonancia no es estridencia. La calidad, la profundidad y la curaduría rigurosa tienen un valor intrínseco que, aunque no explote en TikTok, deja una huella más profunda en la cultura global.
¡Ahora te toca a ti! ¿Ya leíste alguno de los libros recomendados por el club de lectura de Dua Lipa? Déjanos tu opinión en los comentarios.
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